-
Arquitectos: Pierre Marsan
- Área: 550 m²
- Año: 2016
-
Fotografías:Franck Brouillet
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en las estribaciones de los Pirineos franceses, el pueblo de Bosdarros se extiende a lo largo de una calle principal, siendo esta escuela primaria el punto de entrada al territorio. El proyecto tiene como objetivo, en primer lugar, redefinir la accesibilidad a la escuela que está limitada por el estacionamiento lleno de vegetación con cipreses y diferentes entradas, y en segundo lugar para reformar su usabilidad. De este modo, se crean dos elementos: se establece un nuevo refectorio en tangente con la escuela y se adjunta una escalera en la parte posterior del edificio antiguo, generando una nueva distribución de espacios de planta abierta.
Frente a una iglesia construida en un camino de peregrinación secundario a Santiago de Compostela, el proyecto despliega una sucesión de ritmos, planos y direcciones oblicuas, que son el resultado de varias características del programa y el terreno combinados. Las diferentes líneas de ejes permiten optimizar el área del suelo, delimitar el patio de recreo, insertar un patio cubierto como un enlace entre la escuela y la cafetería, y elevar la nueva entrada de la escuela.
El diseño de la cafetería está compuesta por un bloque técnico rectangular y un comedor, que se puede convertir en una sala de usos múltiples. Esta cantina se abre en el patio de recreo por un lado y la plaza del pueblo por el otro lado gracias a las ventanas equipadas con separaciones de madera (pilares estructurales y marcos de ventanas). El vidrio aislante combinado con las opciones de ventilación aseguran un uso cómodo para las personas en el interior.
Del mismo modo, los voladizos del techo de zinc protegen el espacio interior de cualquier luz solar agresiva; también "indican" un camino alrededor del edificio en días lluviosos y proporcionan al sitio un esquema aéreo y dinámico (que respeta el tamaño de la escuela). La madera local (pino) se utiliza para la estructura, los revestimientos de las paredes y la parte inferior del techo para acercar la arquitectura a su entorno. También es una forma de mantener los costos y el cronograma de los trabajos de construcción bajo control e interconectar los espacios interiores y exteriores.
Detrás de la escuela, la escalera adopta el mismo vocabulario arquitectónico, como sus colores negro, gris y blanco. Es accesible a través de un corredor previamente bloqueado por lavabos compartidos. Conectado al patio cubierto, este corredor permite una distribución de espacio más coherente y agradable: las antiguas áreas cubiertas se han transformado en espacios de descanso, oficina y almacenamiento, mientras que la nueva aula de arriba da hacia los Pirineos. Disfrutar el uso del edificio es importante, ya que la escuela es un lugar que sirve tanto para experimentar como para enseñar. Frente al proyecto, la renovación planificada de la plaza respetará esta idea, además de ampliar la perspectiva del edificio.